Te señalo con mi dedo torcido
absurdo
a vos
te bendigo a sorbos
en un movimiento de columpio perturbado.
Hay un Dios artificial
que protege tus palabras
está la letanía en todo
lo que tocas
impureza
mástil en tu frente
cuando no comprende y se arruga paralela
al suelo,
siempre
y sufro.
Sólo queda observarte y llorar de angustia
hacer un racimo seco con las manos limpias
guardarse en un cajón implorando
ceguera
oruga solitaria
baldosa fría
inexistencia.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
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