domingo, 18 de julio de 2010

Go down, pelado, go down (unidos por la felicidad)

Hubo un momento en que
sabiendo vivir fue
fácil vivir asistiendo al
pasado
(frase que no me
cansaré de usar) asistiendo a
la felicidad
de tu mano;
te vi bajar o quizá
no
pero tu nombre fue
golpe tras golpe acorde
inconcluso
como tal vez hayas sido
en esta puta vida.
Tu consciencia brotando o
acaso lo que quedaba de ella,
sonrisas inabarcables pensando a
futuro (no
puedo evitarlo si soy
demasiado feliz si sé que
volverás a estar muerto
sin
metáforas de consuelo
sin
simples
palabras que te reduzcan a
palabras porque
volverás a estar muerto).
Entre esos acordes
hijos
de tu mano de
algo más que eso, entre
el bullicio de mis células insignificantes
no hizo falta sentir que estabas
presente porque
si eras esto,
si éramos nosotros;
si eras vos y después nosotros,
qué perdíamos al tomar el
colectivo y regresar a
casa?


En memoria de Luca y de su espíritu presente,
la noche del 12-04-07, el día que tocó Sumo.

No fui el primero en salir de la caverna

Figuras mudas
(ya lo he dicho),
gente como vomitada,
eterna inocencia
de la que no
podré arrepentirme.

Felicidad pancarta
submarina sentimiento
de otoño gris que
precede a la vida,
llorar.

Presión incontinente jadeo
mudo a fuerza de
circunstancias tiempo
que no he de contar
porque he nacido
para esto y.

Noche:
como un sueño adelantado
sin prueba,
ilógico orden
del tiempo
bajo ese pelo.

Y luego el tren,
el mundo horizontal,
paralelismo sin regla
porque
ha sido así, porque
hemos
sido así.
Estarás subiendo para
no verme y no
podrás.

(2007)

miércoles, 3 de febrero de 2010

So cute

He necesitado, como hace tiempo, vomitar cada espacio de verdad en el ensimismamiento de ser uno solo, frente a la pared -si fuera posible-, rodeada de espejos, masticando humedad en el acto mecánico de saberse humano sin opción ni sexo.
Tu felicidad no es precisamente la mía, ni tiene por qué serlo. Sucede que mi felicidad es tan indefinida que difícilmente llegue a la condición de sustantivo abstracto. Nada en su naturaleza es comparable. Pero por qué la miseria repetible, difícilmente aislable, tan poco personal como para merecer ser nombrada; por qué si soy una persona sola, en el abismo de la asimilación tardía, debo negarme a ciertas construcciones, como: te amo, me duele, no quiero superar esto.
No puedo. En el afán de qué. Si no es esto más que un acto terapéutico, entrañable y patético. So cute. Tan extremo y cobarde como la razón que me obliga hoy a quedarme aquí entre murmullos huérfanos como una viuda inventada. Respondo entonces.
La razón, oh, la razón iluminada del positivismo y sus pruebas, las razones que hoy dispersas son presas de un nombre vacío. Significante carente de significado en su condición biplánica abominable.
No me dejes. No me dejes acercarme repetirme mascullarme ser yo carente de orgullo por un fin mejor. Optemos por los paralelismos mediocres sin dar vuelta los ojos al otro, prestando los oídos sordos a la vida ajena deslizándose rozando muriendo de tan propia de sí. Pero yo te pido, por favor, dejame funcionar más allá de mi ausencia como una marca más allá de la muerte.


03-09-08

sábado, 30 de enero de 2010

Lo que quiero ser

-Papá va a matarte. Va a matarte -me dijo.
Pero no la oí. Estaba pensando en otra cosa. En una cosa absurda.
-¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir?
-¿Qué?
-¿Te acuerdas de esa canción que dice, "Si un cuerpo atrapa a otro cuerpo, cuando van entre el centeno…"? Me gustaría…
-Es "si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno" -dijo Phoebe-. Y es un poema. Un poema de Robert Burns.
-Ya sé que es un poema de Robert Burns. Creí que era, "si un cuerpo atrapa a otro cuerpo, cuando van entre el centeno" -le dije-, pero, verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los agarro. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura. Phoebe se quedó callada mucho tiempo.
Luego, cuando al fin habló, sólo dijo:
-Papá va a matarte.

domingo, 17 de enero de 2010

Amigas

Qué mujer
no ha sido capaz
de enamorarse de otra mujer,
de la continuación enfermiza
de su propia imagen inacabada,
de la secuencia atemporal
de intenciones
certeras.

Epifanía

Solemos morir
apenas
de un lado del cuerpo,
para descubrir la putrefacción
de nuestra otra mitad empedernida,
vacilantemente hermosa
en
la plenitud ciega de la superviviencia.

Lo observado

Me siento deshecha por astrolabios,
muriendo mi identidad por partes quemándose
con un fósforo
toda
y yo mirando de lleno
con un niño retorciéndose en mis brazos.